
Imagina por un momento aquello que te atormenta: ansiedad, preocupación, culpa, un recuerdo doloroso que regresa sin permiso o esa autoexigencia que nunca parece suficiente. Todos llevamos nuestras propias cargas, a veces invisibles para el mundo, pero muy presentes en nuestra mente y cuerpo. Aprender a soltar y dejar ir no significa olvidar o minimizar el dolor, sino liberarte del peso que te impide avanzar.
Ese problema se parece mucho a una persona que estuviese unida a un monstruo por una cuerda y con un foso entre ambos. Mientras en monstruo está tranquilo, dormido, calmado, tumbado, podemos verlo, pero en el momento en el que despierta se hace insoportable, insufrible, inaguantable, y tiramos de la cuerda para intentar conseguir tirar al monstruo a lo más profundo del foso. A veces parece que se calma al tirar de la cuerda, como si se diera por vencido, pero lo que en realidad ocurre a la larga es que cuánto más tiramos, más próximos estamos del filo del foso y, por contra, más grande, con más fuerza y más amenazante se está haciendo.¿Y si el monstruo tira de la cuerda?
El miedo y la angustia te obligan a permanecer alerta. No puedes permitirte soltar ni un segundo. Tu vida gira en torno a esa cuerda: no puedes disfrutar plenamente, no puedes descansar del todo, porque siempre está ahí, en tensión.
Pero, ¿qué pasaría si hicieras algo diferente?
¿Qué pasaría si, en lugar de seguir luchando, decides soltar la cuerda?
No significa rendirse, significa cambiar de estrategia. No se trata de ignorar al monstruo ni de fingir que no existe, sino de dejar de desgastarte en una batalla sin final. Observarlo sin miedo. Reconocer su presencia sin dejar que controle tu vida.
Algunas batallas no se ganan con más esfuerzo, sino con más comprensión. Algunas batallas se ganan soltando.

Cómo soltar y dejar ir el sufrimiento emocional
Soltar no es un acto instantáneo ni un interruptor que se apaga de la noche a la mañana. Es un proceso. Y como todo proceso, requiere paciencia, conciencia y práctica. Aquí algunos pasos que pueden ayudarte:
1. Aceptar en lugar de resistir
Lo que resistes, persiste. En lugar de luchar contra el dolor o la emoción difícil, permítete sentirlo. Obsérvalo sin juicio, como si fueras un espectador viendo pasar una nube en el cielo.
2. Cuestiona tus pensamientos
A menudo, el sufrimiento proviene de nuestras interpretaciones, no de los hechos en sí. Pregúntate: ¿Es este pensamiento absolutamente cierto? ¿Me está ayudando o me está limitando?
3. Permítete soltar poco a poco
No necesitas soltar de golpe. A veces, el simple hecho de reducir la fuerza con la que tiras de la cuerda ya es un gran paso. Explora qué sucede cuando aflojas un poco la tensión.
4. Enfócate en el presente
El pasado ya no existe y el futuro aún no ha llegado. Lo único que tienes es este momento. Respirar conscientemente, practicar mindfulness o escribir en un diario puede ayudarte a anclarte en el presente.
5. Aprende a confiar en el proceso
Soltar implica confiar en que la vida sigue su curso. Que no necesitas tener el control absoluto sobre todo. Que lo que sea que venga, tendrás la capacidad de afrontarlo.
Aprender a soltar y dejar ir: Un acto de amor propio
Aprender a soltar y dejar ir no significa olvidar ni minimizar lo que sientes. Significa darte el permiso de avanzar sin cargar con un peso que ya no te sirve. No se trata de renunciar, sino de liberarte.
A veces, soltar también implica pedir ayuda. Si sientes que necesitas acompañamiento en este proceso, estaré encantada de guiarte.
Si necesitas ayuda para soltar y dejar ir, estoy aquí para acompañarte.
Reserva tu sesión de terapia online y empecemos juntas este camino hacia la libertad emocional.